
ayer volví de un safari, y no, no vi ningún tigre como el de la foto. dicen que sólo los que tienen mucha suerte ven tigres y que lo normal es ver elefantes, pajaritos varios, pavos reales, ciervos... y la verdad es que sí, vi todo eso, pero en cantidades bastante pequeñas, así que al final nos quedamos todos con una sensación de que en realidad lo que tenemos es mala suerte. jose nos contaba que hace dos años, la última vez que vino, también fue de safari y sí vio un tigre, y que el guía lo tocaba para ver si le pasaba su buena suerte (el guía también era la primera vez que veía uno). hay fotos de todos nosotros en los jeeps (éramos 11) y de la fauna que sí encontramos, pero no hechas por mí, así que en cuanto le robe la cámara a alguien y me copie las fotos en mi ordenador os colgaré alguna imagen del momento. hasta entonces, me imagino este tigre maravillos escondido en algún lugar sin dejarse ver por los turistas occidentales. será que la suerte en realidad la tuvo él y no lo molestamos en su habitat natural.
5 comentarios:
"Tyger, tyger
burning bright,
in the forests
of the night,
what immortal hand or eye
could frame thy fearful symmetry?"
William Blake
PD: ¡pero que lindos son los tigres!, aunque, en realidad, quien no tuvo la suerte fue el felino grande aquel.
Un beso grande, Nacho
en sant adrià hay tigres. especialmente en las alcantarillas.
y en gràcia, según las dos Lus, hay ratas. Pero ratas de tamaño estándar, el otro dia medimos una (desde la distancia, que nosotras ante todo somos unas señoras).
besos enormes. estás linda en skype.
sois los mejores y os quiero un montón desde aquí y sin ver tigres.
¡Tigretona mía! Mejor que no los vieras, a ver qué se te ha perdido a ti con tanto felino rayado, que tienen hambre y atacan, joer...
Mira que una yogi sin extremidades no es lo mismo. Tú a por Rolex, niña, a tu yoga, tus cocos y tus cositas y los tigres pa Disney que los dibuja monísimos.
Hala, se me cuide.
P.
Cara niña, he visto al tigre, es uno que conocí en la calle Montevideo, a la hora de la siesta, cuando llegó el ciclista de los cómics y me entregó El Tony y una revista mexicana en la que pude leer otra aventura de "La hermandad de la lanza". Allí, Natongo y Dan-el hablaban con un tigre que jamás les respondía. En una de las viñetas, el tigre me miró y me guiñó un ojo, de modo que esperé que los hermanos de la lanza se fueran a dormir con sus esposas, aventureras como ellos, y como vos, y entonces el tigre me dijo que esperaba verte, antes o después, tal vez cerca de Bangalore pero que si eso no sucedía tampoco era demasiado importante porque aquel guiño desde la viñeta era una contraseña para mí y mis descendientes. De modo que la biología por un lado y la fabulación por el otro, han traído tu tigre hasta mi pantalla. Un abrazo sin rugidos. PauMadMan.
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