libros indios

en la india los libros son baratos, así que cuando estoy ahí me vuelvo loca y compro, compro, compro un montón de libros que después pesan demasiado para llevar en la valija. armo paquetes, los llevo a envolver en tela blanca cosida y lacrada y los mando por barco. hoy, tres meses más tarde, llegaron a rosario y los fui a buscar a correos. la verdad es que tuve suerte porque el chico que me atendió, joven, recordaba las cajas y me las entregó aunque yo me hubiera olvidado el aviso en casa. supongo que no le llegan muchos paquetes envueltos en tela balnca, cosidos y lacrados desde india. llegué a casa, los abrí y empecé a hojearlos. extraño india, recuerdo cuando los fui a comprar a bangalore con brett, leer algunos de ellos, no entender muy bien algunas cosas y discutirlas con amigos. sentir que en realidad, el hinduismo y el cristianismo tienen muchas cosas en común y que la mayoría de las veces lo único diferente es la manera de expresarlo o la metáfora que usan. tengo ganas de empezar a estudiar de nuevo, meterme en las lecturas, en su filosofía y su mitología, e imaginar que estoy allá, con el ventilador prendido (si no se va la luz), el ruido de la calle y leyendo sin parar en la casa de hojung.

mi mamá y yo

obras

las casas se construyen con lentitud, eso lo sabemos todos, pero siempre sorprende el tiempo que tardan en avanzar. las fotos son de hace un mes, más o menos, me fui con marga y barbi a habitar la estructura de hormigón, a pasar un ratito ahí para sentir que el lugar es mío, aunque falten meses para que lo pueda vivir. nos tomamos unos mates y nos sentamos al sol a charlar un rato mientras marga hacía fotos sin parar. hoy ya está un poco más avanzado, y eso quiero decir que se ve más en obras que en las fotos. es hermoso ver como crece. me impacienta y me asusta tener un lugar así, tan sólido. va a ser hermoso, en un futuro, no sé cuán lejano, instalarme y armar ahí lo que sea que la vida y yo decidamos.