martes, enero 04, 2011




son casi las 10 de la noche, normalmente muy tarde para mí, pero mañana es luna nueva y no practico ni doy clase, así que sigo despierta. acabo de llegar del supermercado, larissa me llevó para que pueda llenar la heladera lo suficiente como para no tener que pedirle a nadie que me lleve en un par de semanas. el supermercado está a diez minutos en auto. supongo que se podría hacer esa distancia caminando, pero volver cargada sería un problema. no sólo por la temperatura exterior, hace un ratito empezó a nevar y ya está todo blanco. casi todos los alumnos que he ido conociendo estos dos días me prometieron nieve y parece que están cumpliendo con la promesa. al llegar de las compras encontramos sobre la mesa del escritorio un artículo del NYTimes que alguien dejó después de la clase. supongo que lo leyeron y pensaron en mí, ya que es un relato de lo que maría kodama ve a través de la ventana de la fundación Jorge Luis Borges en buenos aires. es un detalle que alguien dejó, pero no sé de quién. me sorprende la amabilidad y la voluntad de ayudarme que todos tienen. es una suerte, no sé qué haría sin la gente que se ofrece a llevarme a donde necesite en auto (tengo que aprender a manejar ya!). el fin de semana ya tengo dos invitaciones a para comer con las familias de dos alumnas (dos señoras de unos cuarenta y tantos) y otra más se prestó a acompañarme un día en bus a milwaukee para que sepa el camino y no tenga problemas si lo quiero hacer sola. la verdad es que es enternecedor. la mayoría de los alumnos son señoras entre 40 y 60 años, todos están entusiasmados con el cambio de profe y parece que soy el bicho exótico de la temporada. es divertido y me da mucha seguridad tener a quién recurrir. está bueno ver a todas estas señoras alrededor mío, alumnas, que quieren cuidar de mí... hace un rato saqué unas fotos de la nieve con mi cámara abierta durante 30 segundos, parece de día, acá va una.

lunes, enero 03, 2011

descubrimientos recientes

no se celebra el fin de año en el avión, ninguno de ellos, de ninguna zona horaria. pensaba que harían algo ya que los asistentes de vuelo llevaban todos peluca roja brillante cuando subimos, pero mi fin de año pasó durmiendo, acurrucada, en el asiento clase turista del Air Canada 093. me desperté y eran las dos de la mañana (hora argentina), miré alrededor y seguí durmiendo.

la gente viaja en fin de año, en mi fila había asientos libres entre pasajero y pasajero, pero no éramos pocos, pensaba que el avión iría más vacío.

la gende de aduana en canadá son antipáticos, te gritan si no les entendés (yo les entendí, no me gritaron) y se enojan si no les hacés caso, aunque tengas pinta de no tener idea de qué hacer o dónde ir. no sé si están siempre así de malhumorados o si es por trabajar el 1º de enero a las 6 de la mañana.

hay una aduana especial para las conexiones que van a estados unidos, parece que si vas a cualquier otro lugar podés ser más peligroso y llevar cosas extrañas pegadas a los zapatos. si querés entrar en USA tenés que sacarte los zapatos y enseñarles todo lo que queré entrar.

la gente de aduana de estados unidos (en toronto) es simpática. el tipo que me revisaba el pasaporte está casado con una española, andaluza, que conocío en un viaje que hizo a tenerife, viven en toronto porque él está asigando acá pero quiere pedir el traslado a san diego. él es mexicano pero tiene green card desde hace años y trabaja donde el servicio de inmigración le asigne. toda esa información mientras me tomaba las huellas de todos los dedos de las dos manos y me sacaba una foto para tenerme fichada. no sé cómo se llama y no tenía una tarjetita cogada, supongo que esa información no la da con tanta facilidad.

el policía que te mira el equipaje se pone serio y tiene pinta de malo, me preguntó dónde iba y por qué, le contesté que a milwaukee a ver a unos amigos. cambió la cara, me dedicó una gran sonrisa y me dijo que los saludara de su parte y que tenga un 2011 fabuloso.

el dolar canadiense es un poco más barato que el americano, el café de starbucks cuesta lo mismo que en barcelona, haciendo el cambio.

en el aeropuerto de buenos aires y santiago de chile no hay internet gratis, en canada sí, pero mi ordenador no tiene muchas ganas de conectarse.

los productos clinique tienen exactamente el mismo precio en todos los duty free shops de todos los países.

la moqueta más cómoda es la del aeropuerto de santiago de chile, la menos, la de toronto.

la comida de air canada es escasa y para desayunar te hacen elegir entre huevos o tortilla española... la selección de películas es buena, podés elegir entre muchas categorías pero no entiendo con qué criterio las clasifican: clásicas, canadienses, francesas, extranjeras, avantgarde, hollywood, contemporáneas, familiares y para niños. matrix está en contemporáneas, junto con beautiful girls. en avantgarde está el documental sobre basquiat y romeo + juliet. no me fijé qué había en familiares o para niños.

-7º C combinado con viento hace que una mano (la que llevaba la maleta) la nariz y las orejas se te congelen en el tiempo que se tarda en cruzar la calle que va de la terminal del aeropuerto de chicago al edificio del parking